82. El Tren del Evangelio
1
¿Qué no oyes el silbato?
Es del Evangelio el tren;
Ven a bordo peregrino,
Sin temor, sin dudas ven, ven.
Son los coches construidos,
Con madera del Señor;
Son los rieles de paciencia,
Los durmientes son de amor.
Coro
Ven al tren del evangelio,
Ven al tren espiritual;
Ven al tren, que es la gloria,
Nuestra estación final.
2
Ven a bordo, peregrino,
Haz al tren una señal;
Estaciones hay muy ricas,
Por la vía principal;
El boleto lo da Cristo,
Los mensajes son la gracia,
Que tu Dios ya trasmitió.
3
Vamos todos equipados,
Al camino sin temor;
Con maná nos alimenta,
Sin cesar nuestro Señor.
Las riquezas de su gracia,
Causan gran satisfacción;
Y flamea la bandera,
De salud y salvación.
4
Es la Biblia nuestra guía,
Es Jesús el conductor;
Y el Espíritu Divino,
Al ingenio da vapor.
Los potentes maneadores,
De este tren, sus siervos son,
Y conducen trenes llenos,
A la gran ciudad de Sión.
5
Con el gas del Evangelio,
La farola da fulgor,
Para ver si abrió los cambios,
Satanás el tentador;
Que procura con empeño,
Nuestro tren descarrilar;
La comida va segura,
De Satán a su pesar.
6
Nuestro tren veloz camina,
Por los tajos sin cesar;
Por las curvas, por pendientes,
Ni un momento sin parar;
Sobre puentes atraviesa,
Por el valle del afán;
Por el túnel, por montañas,
Hasta tierras de Canaán.
7
Ya muy pronto llegaremos,
Con Jesús a la ciudad;
El tren va disminuyendo,
Ya su gran velocidad,
Los amados que han partido,
Nos esperan más allá,
Y el buen superintendente,
Bienvenida nos dará.
Autor desconocido
Himnario de Consolación no. 82
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