(96) La Oveja perdida
1
Seguro se halla el aprisco,
El hato tranquilo ya está;
Mas lejos sin rumbo en el risco,
En medio del mal una va.
El risco la niebla lo inunda,
La errante ya llega al redil;
Gozoso el Pastor la recibe,
Y de nuevo la dicha le da.
Coro
En la ruda tempestad llama,
Con sangre la senda El regó;
Jesús el Cordero inocente,
Pues la oveja perdida fui yo.
2
Pavor la maleza inspira,
Los cardos le sangran su pie.
Mas qué sereno en su gira,
Buscando la oveja doquier,
Jesús ansiedad manifiesta,
Por su ovejuela al pensar;
Y vence al fin en su encuentro,
Y de nuevo la vuelve a llevar.
3
La pródiga salva se ufana,
En brazos de su Redentor;
Y llena de júbilo exclama:
“¡Oh, ven cuán dichosa soy yo!”
La noche terrible ha pasado;
El Sol ya se ve vislumbrar,
Load a Jesús por hallarla,
Pues la oveja perdida fui yo.
Himnario de Suprema Alabanza no. 259
Himnario de Consolación no. 96
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