(272) LA VISION DE EZEQUIEL PROFETA
Cuando Ezequiel profeta
Llevado en su misión
Al valle de la muerte fue en visión,
¡Triste la situación!
Llegando a la estación,
De huesos lleno el campo se
Encontró. Dios dice: hijo del
Hombre: ¿vivirán estos huesos?
Dijo: Señor Jehová, tú lo sabrás.
Para mí, ¡es imposible!
Para ti es muy posible;
Y desde el pulpito
Empezó a exclamar:
Coro:
¡huesos secos!
Oíd la voz de Jehová;
Poneos en pie y recibid
Lo que él os dará.
Dejad la antigua condición,
Recibid la salvación,
Que en el campo
Habéis estado mucho ya.
2
¡El ruido era tremendo!
Como de un estruendo,
Pues se sintió una grande conmoción,
Que mientras él hablaba,
Todo el campo temblaba,
Cada hueso a su hueso se juntó.
Todos se levantaron
Y a él se presentaron
A son de tan glorioso sermón:
Una vez levantados,
Suspensos y admirados,
Oyeron tan hermosa inspiración.
3
Para ellos era raro,
El mensaje era muy claro:
"arrepentíos y al Señor servid",
Habrá restitución,
Cuando haya absolución;
Entonces carne empezó a aparecer.
"No podéis regresar, sin dejar de pecar"
La piel los empezó a cubrir.
Y la congregación
En gran consternación,
Alerta estaban todos a escuchar.
4
Como un gran batallón
Eran, sin respiración,
Pues faltaba el espíritu de Dios;
Ezequiel profetizaba y nunca
Desmayaba, diciendo:
'Oh, ven Paloma celestial";
Cuatro vientos soplaron
Y al pueblo arrebataron,
¡Los huesos secos revivieron ya!
¡Oh, pueblo de Israel,
Hoy vivirás con él!
Y para siempre en gloria reinarás.
Benjamín cantú
Himnario de Suprema Alabanza no. 272
Himnario de Consolación no. 273
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