(338) LAS PISADAS DE CRISTO
Escucha mi Cristo divino,
Mi humilde oración,
Plegaria que eleva mi alma
Hasta tu mansión,
Mi alma implora clemencia
Mi Cristo, de tí;
Deseando la paz,
Que en el mundo no pude encontrar
Jesús nazareno escucha mi voz,
Pues toda mi vida la entrego a tí.
2
Vagué por el mundo
Perdido si dios y sin fe,
Siguiéndo a los dioses ajenos
Que no dan la paz;
Mi Cristo divino,
Me trajo a su amado redil,
Alabo su nombre bendito,
Que me dió la paz,
La paz que nunca ni jamás pasará,
La pude encontrar solamente en Jesús.
3
Rendido a las plantas de Cristo
Le entregué mi ser,
Con un corazón humillado
Yo vine a sus pies.
La sangre preciosa de cristo
Lavó ya mi ser
Quitando las manchas
Que había en mi corazón;
Me dió salvación implorando el perdón,
Jesús nazareno mi fiel redentor.
4
Feliz ahora soy con mi Cristo,
Mi buen salvador,
Alabo su nombre bendito
Con grande fervor;
Jesús, tus pisadas
Yo quiero seguir con amor,
Tus huellas benditas
Que llevan hasta tu mansión,
Ahi no hay dolor, ni tristeza ni muerte,
Ahí cantaré con fervor a mi Dios.
Autor desconocido
Himnario de Alabanza y Victoria no. 338
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