(458) PERO QUEDA CRISTO
Por la mañana yo dirijo mi
alabanza,
A Dios que ha sido
Y es mi única esperanza;
Por la mañana yo le invoco
Con el alma,
Y le suplico que me dé
Su dulce calma;
Y él nos escucha pues nos ama
tanto,
Y nos alivia de cualquier
quebranto;
Nos da su mano poderosa y
fuerte,
Para librarnos de la misma
muerte.
2
Cuando la noche
Se aproxima tenebrosa,
En elevar mi oración
Mi alma se goza;
Siento su paz inagotable,
Dulce y grata,
Porque temores
Y ansiedad Cristo los mata.
También elevo mi cantar al
cielo,
Cuando a la tierra baja negro
velo;
El sol se oculta pero queda
Cristo,
A quien mis ojos en el sueño
Han visto.
3
Brilla su lumbre
Bienhechora mientras duermo,
Pone su mano sobre mí
Si estoy enfermo;
Me fortalece y mi alimenta
Con el sueño,
Pues es mi Dios, mi Redentor,
Y él es mi dueño.
Y al despertar por la mañana
siento,
Que Dios invade mi alma
Y pensamiento;
Veo a Jesús mi Redentor amado.
Por mi pecado en la cruz
clavado.
4
Veo la sangre de sus manos
Que ha brotado,
Veo la sangre derramada
En su costado;
Una corona con espinas
En su frente,
La multitud escarneciéndole
Insolente;
Pero ¡qué dicha cuando
Al cielo sube, lleno de gloria
En majestuosa nube!
Él nos promete regresar de
nuevo,
Para llevarnos a gozar al
cielo.
Autor desconocido
Himnario de Suprema Alabanza no. 368
Himnario de Consolación no. 193
Himnario de Alabanza y Victoria no. 458
No comments:
Post a Comment
Gracias por tu comentario.